ESTUDIO ASTROMÉTRICO PREELIMINAR DEL SISTEMA ESTELAR ALCYONE
FRANCISCO CAPARRÓS PUJALTE
PRIMERA EDICIÓN – ASPE, ALICANTE, ESPAÑA, 6 DE JULIO DE 2014
RESUMEN:
Medida por paralaje de las estrellas más grandes del cúmulo pléyades y determinación de sus
distancias a la estrella Alcyone para compararlas a la distancia de nuestro Sol y tener una idea
fundada (e independiente de la propaganda científica) del orden de magnitud comparativo de tales
distancias.
MOTIVOS DEL ESTUDIO:
Tanto el maestro Samael Aun Weor como la práctica totalidad de los contactados con extraterrestres
así como algunas tradiciones muy antiguas nos enseñan que nuestro sol es la séptima estrella en
órbita alrededor del sistema estelar Alcyone, sistema que la astronomía conoce como el cúmulo
estelar pléyades.
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La astrofisica en cambio afirma que el sol gira en torno al centro galáctico y que la propia galaxia y
todas las demás galaxias del cúmulo galáctico virgo giran en torno a lo que se conoce como gran
atractor.
Unos y otros difieren también en el número de planetas que reconocen al sistema solar y en la
naturaleza de las estrellas, para la astrofisica las estrellas son masas de gas en las que tienen lugar
reacciones nucleares, para los contactados no son más que planetas supergigantes cuyas atmósferas
se encienden por la colosal radiación de tales cuerpos mientras que los planetas pequeños como el
nuestro parecen carecer de esa luz por su baja radiación. Los contactados nos hablan de habitantes
en el Sol, de ríos y bosques frondosos en las estrellas, los científicos ríen como si en el fondo, todo
lo que creen saber no fuera sino una elucubración. ¿Podemos llegar a saber algo de la verdad de este
asunto? ¿puedo yo llegar a saber algo con mi culo cómodamente sentado ante mi ordenador?
Quieran los dioses ayudarnos.
En primer lugar hay que distinguir entre lo que es conocimiento científico y lo que es propaganda
científica. Tal vez, a nivel de hechos comprobados, la fuente científica y la fuente extraterrestre no
estén tan en contradicción como proclama la propaganda. Necesitamos no dar nada por sentado y
partir de cero.
Cualquiera que tenga intelecto puede darse cuenta de que una cosa es lo que sabe la astronomía y
otra lo que deduce e interpreta de sus pocos hechos y medidas ciertas, y cualquiera que tenga
conciencia despierta puede darse cuenta que bajo el velo nauseabundo de los testimonios de los
contactados se encuentra en última síntesis la verdadera revelación de origen extraterrestre.
Sucede que no porque una fuente extraterrestre lo diga hemos tampoco de aceptar ciegamente que
nuestro sol gira en torno a Alcyone, pero nada nos impide tratar de comprobar este hecho en la
medida de nuestras posibilidades. Poco importa que los grandes observatorios de la tierra no
corroboren ni de lejos tales hipótesis, ellos persiguen otros objetivos y no está claro que estén libres
de intervención y de censura. De hecho la lógica indica que los secretos del espacio son tan
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celosamente guardados por los poderosos como en su día lo fueron los secretos de la navegación
marítima.
Es absurdo tomar posturas fijas e inamovibles en un universo móvil. No hay verdadera razón para
confiar en nadie, tenemos nuestra inteligencia y nuestra conciencia para discernir, y aunque no sea
siempre posible corroborar ni desmentir supuestas revelaciones o teorías de última hora, en realidad
podemos prevenir con nuestra directa comprobación parcial que nos hagan pasar mentiras por
verdades o verdades por mentiras, sólo pensando libremente somos libres.
Como discípulo de Samael Aun Weor, tengo noción de que existe la facultad del desdoblamiento
astral que adviene siempre aparejada con el despertar de la conciencia, tal facultad permite
consultar estos casos a la jerarquía del invisible, pero, en el colmo de la osadía me pregunto:
¿tenemos que aceptar ciegamente lo que afirman las jerarquías de la blanca hermandad?
¿estaríamos conformes si después de un exitoso desdoblamiento y de tener la dicha de conversar
cada a cara con algún individuo sagrado este nos informa de algo que nos resulta difícil de aceptar?
Rotundamente NO. Preferimos inclinarnos reverentes ante los inmortales dioses, pero nosotros
somos quien somos y si en algo queremos parecernos a los inefables, hemos de comprender el
universo y a nosotros mismos como ellos lo han hecho.
Los discípulos de Samael no ignoramos que entre los individuos sagrados existe el oficio de la
astronomía, y tampoco que esos astrónomos divinos tienen sus retos, sus misterios que se les
resisten, sus enigmas, como nosotros. La gran realidad es para sí misma profundamente ignota.
Reconozco que esto me causó gran asombro, pues como muchos creía que la divinidad tenía
aparejada la omnisciencia de todos los asuntos, más resulta que esto no es así. La cualidad de los
inmortales dioses es la felicidad suprema, y tienen la omnisciencia, pero esta por sí sola no significa
tanto conocimiento de todo, sino más bien acceso a todo conocimiento (además en la ingente hueste
de dioses y diosas tenemos seres de muy diversa jerarquía y cualidades).
Lo que un humano toma por verdad lo es sólo para su nivel de conciencia despierta actual, si la
conciencia cambia, las verdades de antes quedan transformadas en otras nuevas, con otras
implicaciones. Lo que uno hubiera jurado que es verdad resulta no serlo, y lo insospechado de
pronto aparece como nueva verdad, por eso los grandes iniciados se vuelven como niños, al ser la
actitud infantil la mejor para todo lo nuevo.
Armados de incipientes facultades esotéricas y de sólidos conocimientos astronómicos vamos a
estudiar un poco el movimiento de las pléyades a ver si podemos llegar a desmentir o afirmar
alguna de estas posturas a priori irreconciliables.
A decir verdad antes que todos los contactados modernos fue un astrónomo (no sé si inspirado en la
cultura esotérica de su entorno) el que lanzó la teoría de un sol central en torno al cual gira el
nuestro y señaló que tal sol era Alcyone. Hoy día sólo se recuerda de él respecto del asunto el
descubrimiento de un sistema estelar en las pléyades en el que varias estrellas giran en torno a
Alcyone, además de otros grandes aportes a la astronomía, pero ya ni siquiera se menciona su teoría
del sol central.
Ese astrónomo es Johann Heinrich von Mädler (29 de mayo de 1794 a 14 marzo de 1874), y la
teoría que defendió la publicó en su obra Die Centralsonne de 1846 que se reeditó revisada y
ampliada en 1847. Ambas obras son hoy día de dominio público y pueden obtenerse en google
books bajo el título de Die Centralsonne y Die Centralsonne. 2. Umgarb. Und erw. Aufl
respectivamente.
En nada me sorprendería, dada la subrepticia “censura” que existe en la ciencia desde al menos el
final de la SGM, que realmente sea conocido por algún alto círculo de académicos que la teoría de
Mädler era cierta y pese a todo se mantenga la postura de que era falsa, pero demostrar eso es
imposible y explicar por qué puede conjeturarse resultará inverosímil al público ajeno al mundo de
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las sectas y sociedades secretas, de modo que ni lo voy a intentar, pero le sugiero al lector que no
pierda de vista tal posibilidad por ridícula que le parezca.
Antes de Mädler, Edmund Halley determinó por primera vez en 1718 que las estrellas se mueven, lo
hizo comparando las posiciones de tres estrellas muy brillantes: Arturo, Proción y Sirio, dadas por
Ptolomeo (85-165 d.C.) en el famoso Almagesto (siglo II), con las con las del catálogo de Flamsted
(siglo XVIII), dándose cuenta de que existían diferencias que no podían atribuirse a errores de
medición (encontró que dos estrellas se habían movido, Sirio y Proción, el desplazamiento en mil
quinientos años había sido más o menos igual de grande que el diámetro aparente de la luna:
pequeño, pero no tan pequeño que se pudiese explicar por los errores del catálogo de Ptolomeo,
pues las otras estrellas tenían posiciones en el catálogo muy parecidas a las del siglo XVIII). Se
suele señalar a este estudio como el indicio primero donde se pudo deducir que nuestro sistema
solar gira en torno a Alcyone (aunque esto nunca se encuentra debidamente documentado). Las
“otras fuentes” de tal afirmación más antiguas que me ha sido posible encontrar las hallamos en el
libro de Paul Otto Hesse de 1950: Der Jüngste Tag, donde además de afirmar este hecho se habla de
los famosos anillos de Alcyione (de hecho el maestro Samael menciona este libro en su conferencia
sobre los anillos de Alcíone), y en su libro de 1977: “para los pocos”, muy cerca de la culminación
de la segunda montaña, y siendo el maestro contactado con extraterrestres (con lo que tiene la
posibilidad de consultar estas cuestiones a personas que disfrutan de una tecnología superior),
reivindica como cierto que nuestro sol es el séptimo en órbita en torno de Alcyone.
Desde la triste atalaya del mero conocimiento intelectual, todas estas afirmaciones sobre el espacio
sideral que hace el esoterismo, tienen su origen en el contexto científico en un momento en que aún
no se comprenden determinadas nociones que luego darán al traste con las teorías que un día los
fundamentaron, y como los que se hacen eco de tales asertos suelen ser le
Sirviéndonos del software astronómico Aladin Sky Atlas y de las mediciones de paralaje de diversas
misiones de observación vamos a establecer el escenario de nuestro estudio.
Visto desde la tierra, este sistema estelar parece un
grupo de luminosos puntos fijos en el cielo, veremos si
es posible establecer alguna certidumbre en torno a
ellos. Para empezar ¿a qué distancia están de nosotros?
Esto lo podemos saber mediante la técnica del paraje.
La técnica del paralaje estelar consiste en fotografiar
una estrella relativamente cercana contra el fondo de
estrellas lejanas desde los dos extremos del mayor
diámetro de la órbita terrestre para calcular por
trigonometría la distancia de tal estrella considerando
el triángulo rectángulo que forma la estrella, el sol y la
línea recta que une cualquiera de nuestros dos puntos
de observación con el sol (que equivale al radio de la
órbita terrestre).
Tenemos medidas de estos ángulos de paralaje
obtenidas en los observatorios terrestres, pero no son
fiables más que para unas pocas estrellas cercanas,
porque los ángulos de paralaje son tan pequeños, que
la difracción de la luz producida por la atmósfera
difumina los bordes de estas hasta el punto de resultar
el error en la medida -a partir de cierta distanciamayor que el ángulo que se pretende medir.
En 1989 la Agencia Espacial Europea lanzó el satélite
Hipparcos (The High Precision Parallax Collecting Satellite) con el objetivo de medir el paralaje y
movimiento propio de más de 2.5 millones de estrellas. La misión se dio por concluida en 1993.
Las medidas de Hipparcos para las pléyades consternaron a los científicos y han planteado todo tipo
de problemas a su concepción del universo. “Afortunadamente” el séptimo de caballería vino a
“salvarnos” como puede verse en esta noticia del 6 de Junio de 2004:
“El misterio comenzó en 1997, cuando el satélite Hipparcos de la Agencia Espacial Europea midió la
distancia a las Pléyades y encontró que se encontraba un 10% más cerca de la Tierra de lo que establecían
las estimaciones tradicionales, las que estaban basadas comparando las Pléyades con las estrellas
cercanas. Si las mediciones de Hipparcos fueran correctas, entonces las estrellas de las Pléyades son
peculiares, en el sentido de que serían menos brillantes que las estrellas similares al Sol a esa distancia.
Este hallazgo, si se confirmara, se enfrentaría con nuestras ideas básicas sobre la estructura de las
estrellas.
Pero las mediciones realizadas con los Sensores de Guía Fina del telescopio Hubble muestran que la
distancia a las Pléyades es de unos 440 años luz, esencialmente la misma que las estimaciones
anteriores y difiere en más de 40 años luz con los resultados de Hipparcos. Los resultados de
Hubble fueron presentados el 1o. de junio en la reunión de la Asociación Astronómica Americana
en Denver, Colorado.
Estos nuevos resultados están de acuerdo con mediciones recientes realizadas por astrónomos del Instituto
de Tecnología de California y del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, ambos en Pasadena,
California. Estos astrónomos utilizaron mediciones de interferometría realizadas por los observatorios del
Monte Wilson y del Monte Palomar en California, los que reportaron que el cúmulo estelar se encuentra a
una distancia de entre 434 y 446 años luz de la Tierra”.
Huelga decir que la fuente de la noticia es norteamericana (Space Telescope Science News
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Movimiento de la tierra en torno al sol
Estrellas distantes
Posición
real de la
estrella
Posiciones observadas
desde la tierra en los
Extremos del mayor
diámetro de la órbita
si el ángulo de paralaje
es de 1 segundo de arco
p
1 AU
Entonces la
distancia a la
estrella es de
1 parsec
Release), pero conviene observar el tono de propaganda y la ausencia de medidas o detalles. Lo
esencial de esta cita es que trata de salir al paso de unos resultados inesperados con un mensaje
típico de: “todo está bien, ya los expertos americanos han corroborado que todo es como antes de
que el intrusismo europeo viniera a cuestionarnos”. También es extraño eso de que “el misterio
empezó en 1997”, porque la misión Hipparcos terminó el 17 de Agosto de 1993 (¿siguió tomando
datos? ¿se dieron cuenta de los datos en el 97? No sé…).
Es posible que las mediciones de Hipparcos estén comprometidas debido a que algunas estrellas
consideradas como un único cuerpo celeste en el momento de estimar su distancia son sistemas
dobles o triples unos años después, pero son las mejores que tenemos porque los cacareados
resultados de la cita anterior no están disponibles en bases de acceso público.
En realidad, nunca vamos a estar libres del error porque nuestras fórmulas están mal, la mecánica de
Newton es una “cuenta la vieja” que encaja de forma más o menos precisa en distancias no muy
largas, y la relatividad de Einstein es un parche a Newton…
Lo interesante aquí es saber en qué nos basamos para confirmar o descartar la “teoría del sol
central” que la astronomía desestimó hace siglos y los contactados no dejan de reivindicar. No nos
fiamos de los contactados y menos aún de los extraterrestres, pero tampoco es sensato fiarse de los
astrónomos: Esta es la triste realidad. Lo cierto es que en este mundo cruel no es buena idea confiar
ciegamente en nadie, lo más sensato que se me ocurre en un entorno tan falseado como el nuestro es
confiar en la propia intuición y ponerla a prueba.
Mediante el Aladin Sky Atlas se pueden obtener los datos de paralaje de Hipparcos para las estrellas
pléyades y determinar la distancia a la que están de nuestro sol. Hay otras misiones de observación
disponibles, pero hasta donde yo sé parecen ser todas de instrumentos situados bajo la atmósfera.
El valor de paralaje es la mitad del ángulo que forman las líneas imaginarias que unen dos
posiciones diametralmente opuestas de órbita de la la tierra alrededor del sol con las posiciones
aparentes que se observan desde estas a la estrella cuya distancia se intenta medir.
Resulta que vista una estrella relativamente cercana desde esos puntos opuestos de la órbita terrestre
contra un fondo de estrellas mucho más lejanas, en cada observación la estrella cercana aparece en
un lugar sensiblemente diferente mientras que el fondo de estrellas lejanas permanece prácticamente
igual. Esto es similar a observar un dedo de nuestra mano con uno y otro ojo contra el fondo lejano,
donde debido a la separación entre los dos ojos, en cada una de las observaciones el dedo aparece
en una posición diferente respecto al fondo. La técnica del paralaje aprovecha este fenómeno óptico
para determinar la distancia de las estrellas en las que se percibe.
En este caso la distancia entre ojos es la distancia máxima de la tierra al sol (el mayor radio de la
órbita a uno y otro lado del sol), por lo que para determinar el paralaje de una estrella se precisa
observarla a intervalos de 6 meses. Al observar el paralaje, midiendo el ángulo que forman entre sí
las líneas imaginarias que unen las posiciones observadas con los puntos de la tierra desde donde se
observaron y utilizando trigonometría elemental, se puede determinar la distancia de una estrella o
planeta a nuestro sol.
Lógicamente, si determinamos el ángulo óptico que definen esas dos posiciones observadas al
cruzar las líneas rectas que unen los dos puntos observados con los dos puntos de observación, la
mitad de tal ángulo, formaría un triángulo rectángulo que tiene por vértices la posición real de la
estrella cuya distancia se quiere determinar, nuestro sol, y la tierra. La hipotenusa de tal ángulo sería
la distancia de la estrella a la tierra, el cateto contiguo al ángulo la distancia de la estrella al sol y el
cateto opuesto sería la distancia del sol a la tierra, que es conocida.
Dado un ángulo en un triángulo rectángulo y su cateto opuesto, la trigonometría nos dice que el
seno de tal ángulo es: sen(p) = cateto opuesto / hipotenusa.
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Para este caso, p sería la mitad del ángulo observado P (P/2), cateto opuesto sería la distancia
conocida de la tierra al sol (dTS), y la distancia de la estrella a la tierra sería la hipotenusa del
triángulo (DET). De modo que despejando la hipotenusa, tenemos que:
sen(P/2) = dTS / DET
dTS = DET × sen(p)
DET = dTS / sen(p)
Donde:
p = P/2, siendo P la separación angular entre las dos observaciones consideradas de la misma
estrella sobre el fondo fijo a efectos prácticos.
dTS = distancia de la tierra al sol.
DET = Distancia que queremos medir de la estrella considerada a la tierra.
Como conocemos p y la distancia máxima tierra-sol, podemos obtener la distancia a la estrella.
Hagamos los cálculos para Alcyone. Su paralaje medido por el satélite hipparcos es de 8,87
milésimas de arcosegundo (o milisegundos de arco). Este dato ya es p y no P, es decir, ya está
dividido entre 2, pero su unidad hay que expresarla en grados:
8,87 × 10-3 = 0,00887 arcosegundos
0,00887 / 60 / 60 = 2,4638888888888888888888888888889 × 10-6 = 0,00000246389 º
Así pues, ese 8,87 equivale a 0,00000246389 grados.
UNIDADES REQUERIDAS PARA EL CÁLCULO: una vez obtenido el arco en grados, la
distancia será obtenida en la misma unidad que introduzcamos la distancia Tierra-Sol (dTS), que
puede ser en unidades astronómicas, en km, en metros o en cualquiera otra porque es una razón de
distancias lo que calculamos, la única condición es que el ángulo esté en grados. Se han
normalizado las siguientes unidades de distancia:
La distancia media entre la Tierra y el Sol, es una unidad de distancia natural y se llama Unidad
Astronómica o Astronomical Unit (AU).
1 AU = 1,495978 x 1011 m
Podemos usar la distancia media porque la excentricidad de la órbita terrestre es pequeña y esta
simplificación nos libra de tener en cuenta el día del año que se hace la medición.
El año-luz (al) o light-year (ly) es otra unidad de distancia de uso común.
1 ly = 9,46053 x 1015 m = 6,324 x 104
AU
Una preferible unidad de distancia grande es el parsec (pc), la distancia a la cual 1 AU subtiende un
ángulo de un segundo de arco:
1 pc = 3,085678 x 1016 m = 3,261633 ly = 206265 AU
Establecidas todas estas unidades y condiciones, y dado que los datos de paralaje de Hipparcos ya
nos dan el ángulo medido (P) dividido entre dos (p) en milésimas de arcosegundo como se vió
antes, los cálculos para Alcyone son estos:
DET = dTS/sen(0,00000246389) = dTS/4,3002992906963073758931322731127 × 10-8 =
en unidades astronómicas, el recíproco del seno sería el resultado porque dTS = 1 y DET = 1/sen(p),
luego:
DET = 23254195,403643157176621326602915 UA (unos 23,3 millones de unidades astronómicas)
en metros, el resultado es:
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1,495978 × 1011 / 4,3002992906963073758931322731127 × 10-8 =
149597800000 / 0,000000043002992906963073758931322731127 =
3478776473155128298,6767880005825 m
correctamente escrito: 33478.7762473.1551128.298,68 metros (unos 3478,8 billones de kilómetros o
unos 3,48 trillones de metros)
En años luz:
3478776473155128298,6767880005825 / 9,46053 x 1015 =
3478776473155128298,6767880005825 / 9460530000000000 =
367,71475521510193389554158176994 LY (AL)
Pero como vamos viendo hay una forma mejor de hacer estos cálculos. Por definición, la distancia a
la que está un objeto cuyo ángulo de paralaje es de un segundo de arco es un parsec. Esa distancia
es mayor que un año luz (un parsec equivale a 3.261633 años luz, unos 30,88 billones de
kilómetros). La unidad está definida así para que el cálculo de distancias sea el recíproco del propio
ángulo de paralaje p (es decir: 1/p), pero introduciendo este en arcosegundos o segundos de arco (es
decir: sin convertirlo en grados), de este modo los cálculos son más fáciles y los números que se
manejan son más comprensibles:
DET = 1/ 0,00887 = 112,73957158962795941375422773393 pc
por comprobar la bondad del cálculo:
112,73957158962795941375422773393 × 3,261633 = 367,7151071025930101465614430664 AL
otra comprobación en billones de kilómetros:
3478,8 / 30,88 = 112,65 pc
Lógicamente la diferencia en este caso es de redondeo por usar menos decimales, pero vemos que
las cuentas salen y no son cálculos difíciles. No obstante y antes de seguir, comentemos que a día de
hoy no está clara la distancia que nos separa de las pléyades. Citando a Wikipedia:
“Los resultados anteriores al lanzamiento del satélite Hipparcos encontraron que las Pléyades estaban
aproximadamente a unos 135 pársec (440 años luz) de la Tierra. Hipparcos causó consternación entre los
astrónomos al encontrar una distancia de solamente 118 parsec (384,7 años luz) midiendo la paralaje de
algunas estrellas del cúmulo, una técnica que debe indicar los resultados más directos y exactos. Trabajos
más recientes han encontrado que la distancia calculada por Hipparcos era errónea, si bien se desconoce
la causa de este error. La distancia específica de las Pléyades todavía se desconoce, pero actualmente se
piensa que la verdadera distancia es mayor que 135 parsec”.
Ahí queda eso, sólo anotar aunque parezca tonto que la distancia que la cita atribuye a Hipparcos de
118 pc se refiere a una distancia al centro de todo el cúmulo pléyades, ya que como acabamos de
ver, para la estrella de Alcyone la distancia medida por Hipparcos es 112,74 pc.
Pero vamos más allá y fijémonos en esta selección de datos de la misión Hipparcos, es una tabla
con las primeras 18 estrellas del cúmulo ordenadas por tamaño de mayor a menor, las que están en
negrita son “las siete hermanas” visibles a simple vista y sus “padres”, las otras las nombraremos
con su número correspondiente por tamaño:
estrella identificad
or
Ascensión recta Declinación Magnitu
d
AR(icrs) DE(icrs) paralaje
movimien
to propio
en sentido
AR
movimiento
propio en
sentido DE
error de
paralaje B-V color
ALCYONE 17702 03 47 29.06 +24 06 18.9 2.85 56.87110065 24.10524193 8.8
V971
(MEROPE) 17608 03 46 19.56 +23 56 54.5 4.14 56.58150135 23.94846207 9.08 21.17 -42.67 1.04 -51
TAYGETA 17531 03 45 12.48 +24 28 02.6 4.30 56.30200876 24.46737879 8.75 19.35 -41.63 1.08 -110
7 19038 04 04 41.66 +22 04 55.4 4.36 61.17357446 22.08206790 18.04 91.73 -58.52 0.84 1064
PLEIONE 17851 03 49 11.20 +24 08 12.6 5.05 57.29668368 24.13682565 8.42 18.71 -46.74 0.86 -82
9 17954 03 50 18.91 +25 34 46.7 5.24 57.57881165 25.57964862 16.96 36.37 -117.95 0.82 231
10 17776 03 48 20.80 +23 25 16.9 5.44 57.08668426 23.42136355 9.64 19.14 -46.80 0.91 -67
CELENO 17489 03 44 48.20 +24 17 22.5 5.45 56.20084227 24.28957712 9.75 20.73 -44.00 1.05 -34
12 19009 04 04 21.67 +24 06 21.7 5.46 61.09030699 24.10602640 3.42 -0.31 -13.82 0.90 813
13 18471 03 56 52.03 +22 28 41.7 5.62 59.21680322 22.47825021 22.31 69.43 -114.82 0.92 345
14 17527 03 45 09.73 +24 50 21.7 5.66 56.29052841 24.83937337 8.87 19.03 -46.64 0.89 -64
15 17309 03 42 18.94 +19 42 01.0 5.68 55.57893663 19.70028593 7.97 5.82 -13.24 1.02 -16
ASTEROPE 17579 03 45 54.46 +24 33 16.6 5.76 56.47693278 24.55462128 8.43 19.44 -45.36 0.89 -36
17 16664 03 34 26.62 +24 27 52.1 5.95 53.61093000 24.46447543 6.28 2.70 -33.96 3.96 123
18 16181 03 28 26.57 +22 48 15.4 6.03 52.11069649 22.80427706 14.44 0.02 -111.40 0.93 951
Como podemos ver para cada estrella hay un margen de error de paralaje diferente. Vamos a dejar
de pensar en si las medidas de Hipparcos son mejores o peores y nos vamos a centrar en que este
satélite es un mero instrumento de medición y tenemos en la tabla la medida de estas 18 estrellas
hecha con el mismo instrumento y con un margen de error acotado, por lo que en lugar de hablar de
“distancia” a una estrella debemos hablar de “margen de distancia”, con lo que podemos llegar a
una estimación comparativa proporcional entre todas las estrellas que nos diga el margen de
distancia de cada una.
Como ejemplo sigamos con Alcyone, hemos visto que su distancia calculada es:
112,73957158962795941375422773393 pc
Y vemos en la tabla que su margen de error es de 0,99 milésimas de arcosegundo. Si queremos
acotar el margen de distancia en el que está la estrella tenemos que sumar ese ángulo al valor del
paralaje y calcular la distancia más corta con el resultado, luego podemos restar el margen de error
al valor de paralaje, y calculando la distancia equivalente al ángulo resultado obtendremos la
distancia más larga, el resultado de todo esto es que sabemos que la estrella no estará ni más lejos
que la distancia más larga ni más cerca que la más corta. Veamos:
0,00887 + 0,00099 = 0,00986 arcosegundos = ángulo mayor correspondiente a la distancia más
corta (DETmin).
0,00887 – 0,00099 = 0,00788 arcosegundos = ángulo menor correspondiente a la distancia más
larga (DETmax).
Las distancias serían:
DETmin = 1 / 0,00986 = 101,41987829614604462474645030426
DETmax = 1 / 0,00788 = 126,90355329949238578680203045685
Ahora empezamos a tener ya una visión menos propagandística del asunto y más realista. Tal como
observamos esta estrella desde la tierra con nuestro mejor instrumento de medición que permite
acceso a sus resultados, resulta que Alcyone puede estar a una distancia entre 101,42 y 126,90
parsecs.
Procediendo de igual forma con todos los datos de la tabla el resultado es el siguiente:
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estrella identificador Paralaje (marcsec) error de paralaje
(marrsec) B-V color DETmax (pc) DETmin (pc)
ALCYONE 17702 8,87 0,99 -86 126,9 101,42
ATLAS 17847 8,57 1,03 -70 132,63 104,17
ELECTRA 17499 8,8 0,89 -105 126,42 103,2
MAYA 17573 9,06 1,03 -63 124,53 99,11
V971
(MEROPE) 17608 9,08 1,04 -51 124,38 98,81
TAYGETA 17531 8,75 1,08 -110 130,38 101,73
7 19038 18,04 0,84 1064 58,14 52,97
PLEIONE 17851 8,42 0,86 -82 132,28 107,76
9 17954 16,96 0,82 231 61,96 56,24
10 17776 9,64 0,91 -67 114,55 94,79
CELENO 17489 9,75 1,05 -34 114,94 92,59
12 19009 3,42 0,9 813 396,83 231,48
13 18471 22,31 0,92 345 46,75 43,05
14 17527 8,87 0,89 -64 125,31 102,46
15 17309 7,97 1,02 -16 143,88 111,23
ASTEROPE 17579 8,43 0,89 -36 132,63 107,3
17 16664 6,28 3,96 123 431,03 97,66
18 16181 14,44 0,93 951 74,02 65,06
Como estas son distancias de las estrellas al planeta tierra, si imaginamos un sistema estelar
centrado en Alcione, visto desde la tierra tal sistema con estrellas dispuestas en órbitas que por
aproximación tomaremos por cuasi-circulares y concéntricas, supondremos igualmente que tales
órbitas están en el mismo plano orbital del sol (lo cual es lo esperado si consideramos al sol parte de
esas órbitas), razonable es igualmente que sea cual sea ese plano, es perpendicular al de nuestro
propio plano orbital terrestre en torno al sol, ya que este surca el espacio y arrastra a los planetas (no
tanto como planos órbitales estáticos sino como un vórtice o espiral de interminable caída, pero para
el caso esto no es tan relevante)…
En estas condiciones, deberíamos encontrar que visto todo desde la tierra, unas estrellas están más
cerca que Alcione y otras más lejos (eso nos da igual en tal que sepamos la distancia). Alcione será
el centro y las demás estarán a un vector-radio de ella (tendremos que considerar tanto la distancia
comparada de ambas estrellas de ellas mismas a la tierra como la distancia de separación proyectada
(relativa) entre ellas para establecer el supuesto radio de órbita).
El siguiente gráfico obtenido con Aladin Sky Atlas nos muestra las medidas de distancia relativa
entre las 18 estrellas que vamos a considerar (las más grandes), la medida se nos da en minutos de
arco o grados:
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Detalle de las medidas más cercanas:
Aquí podemos ver una tabla resumen:
estrella identificador DETmax (pc) DETmin (pc) D. a Alcyone
(medida) D. a Alcyone (grados) D. a Alcyone (pc) MAX D. a Alcyone (pc) MIN
ALCYONE 17702 126,9 101,42 0 0 0 0
V971
(MEROPE) 17608 124,38 98,81 18,34′ 0,305666667 38,33562 30,5917767
PLEIONE 17851 132,28 107,76 23,09′ 0,384833333 49,8439067 40,48296412
ATLAS 17847 132,63 104,17 23,58′ 0,393 50,9807739 40,22946847
MAYA 17573 124,53 99,11 27,76′ 0,462666667 57,6928885 46,03157178
ASTEROPE 17579 132,63 107,3 34,81′ 0,580166667 74,4366803 59,96590019
ELECTRA 17499 126,42 103,2 35,53′ 0,592166667 73,9141767 59,7275198
TAYGETA 17531 130,38 101,73 38,09′ 0,634833333 80,3685477 63,40650536
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CELENO 17489 114,94 92,59 38,81′ 0,646833333 77,6907304 62,22373164
10 17776 114,55 94,79 43,11′ 0,7185 85,6708339 69,26065089
14 17527 125,31 102,46 54,1′ 0,901666667 109,901189 88,83866017
SOL 126,9 126,9 101,42
18 16181 74,02 65,06 4,581º 4,581 155,060583 127,4666456
15 17309 143,88 111,23 4,86º 4,86 177,297332 139,0677043
9 17954 61,96 56,24 1,6º 1,6 142,834965 117,3969932
13 18471 46,75 43,05 2,708º 2,708 170,459226 141,6457437
17 16664 431,03 97,66 2,992º 2,992 556,834035 198,5235828
12 19009 396,83 231,48 3,763º 3,763 505,435811 319,4447334
7 19038 58,14 52,97 4,435º 4,435 153,377682 126,6260284
Normalmente para pasar esas distancias angulares a distancias métricas hacemos la suposición de
que todas las estrellas están en el mismo plano radial desde nuestro punto de observación, lo cual
como no es cierto nos dice que la distancia real será superior a la calculada (porque ya sea que en
realidad la estrella esté más cerca o más lejos que el plano único, la distancia aumenta), pero esto no
nos interesa en este caso porque nuestro propósito de determinar los vectores de las órbitas para lo
cual sólo precisamos, además de lo que ya sabemos, la separación angular desde nuestro punto de
observación (la cual podemos medir en la astrofotografía con ayuda del Aladin).
Una vez obtenidas las medidas, estas han tenido que traducirse a grados haciendo la conversión de
unidad oportuna cuando la medida nos llega en minutos, esto puede hacerse sin más que dividir las
cantidades en minutos entre 60:
Ejemplo: Mérope: 18,34′; 18,34′ / 60 = 0,305666667”
Procediendo del mismo modo para las medidas en minutos se calcula toda la columna 6 de la tabla.
Una vez obtenidas las distancias en grados, tenemos que aplicar trigonometría para obtener la
distancia lineal de separación de los puntos que subtienden los ángulos que hemos medido, este es
un problema que se resuelve usando el Teorema del Coseno (al hacerlo de esta forma, podemos
evitar la suposición indeseable de que ambas estrellas están a la misma distancia de nosotros ya que
conocemos su distancia de nosotros, y así determinar una distancia lineal más exacta -o lo que es lo
mismo: el módulo del vector exacto que une linealmente una estrella a otra-, todo esto, siempre sin
olvidar que estamos trabajando al límite con el sistema de paralaje, pues este se considera eficiente
hasta la distancia de 100 parsecs y estamos entre 100 y 150, de modo que es un resultado
meramente estimativo). Este es el teorema del coseno:
c^2 = a^2 + b^2 – 2ab * cos(Ө)
Donde:
a = radio de la estrella 1 (en nuestro caso siempre será la distancia de Alcyone a la tierra, aunque en
los términos en que está planteado aquí el asunto daría el mismo resultado si intercambiamos a y b).
b = radio de la estrella 2 (esta es la distancia de la estrella que queremos medir a la tierra -porque la
foto de donde obtenemos la medida angular está tomada desde la tierra-).
Ө = esta es la separación en grados que hemos medido en las fotografías con ayuda de Aladin sky
Atlas, o dicho de otra forma: el ángulo en el vértice donde a y b convergen.
Sustituimos en la fórmula por ejemplo los datos de la estrella Atlas y resolvemos -recuerdesé que
primero se resuleven todas las multiplicaciones y luego las adiciones y sustracciones-:
Nótese que si estamos trabajando con trigonometría y metemos los radios en parsecs, siempre y
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cuando los ángulos los expresemos en grados, la unidad de distancia que obtendremos seguirá
siendo el parsec:
c^2 = (126,9)^2 + (132,63)^2 – 2*126,9*132,63*cos(0,393)
c^2 = 16103,61 + 17590,7169 – 33661,494 * 0,923764334
c^2 = 33694,3269 – 31095,28759 = 2599,03931
c = √ 2599,03931
c = 50,9807739250 parsecs
Procediendo del mismo modo se calcula toda la columna 7 de la tabla para las distancias máximas.
En la columna 8 se ve el mismo cálculo con las distancias mínimas (lógicamente en los cáculos para
esta columna la distancia a considerar entre la tierra y Alcyone es 101,42 parsecs).
Como se ve, en ambos casos el resultado es el mismo: Nuestro sol quedaría siendo el 11 en órbita
alrededor de Alcyone (claro que hemos supuesto que todas las demás pléyades y él mismo giran en
torno suyo).
CONCLUSIÓN E INTERPRETACIÓN DEL RESULTADO:
Teniendo en cuenta que la medida por paralaje a partir de distancias de 100 parsecs está expuesta a
márgenes de error inaceptables, considerando que no está a mi alcance determinar propiamente las
órbitas de las estrellas implicadas y que el alcance de este estudio es sencillamente documentar si
nuestro sol y las pléyades están a una distancia comparativa que no desmiente la categórica
afirmación esotérica de que giramos en torno a Alcyone en séptimo lugar, considero que no hay en
estos cálculos nada que permita dar por falsa la afirmación mentada. Si por ejemplo hubiésemos
encontrado que todos los miembros del sistema estelar Alcyone están a un orden de distancias
comparable y en cambio el sol está a una distancia de orden mucho mayor, entonces habríamos
dado con un dato concreto que hace inverosimil la afirmación esotérica, pero tal como han salido
los cálculos, el Sol puede perfectamente pertenecer al sistema estelar y a partir de aquí trabajos de
mayor envergadura (curiosa palabra: en-verga-dura…) podrían aclarar más el asunto (ilustrarlo con
números).
No está de más mencionar que incluso para nuestra astronomía es cierto que las pleyades forman un
sistema estelar (para entendernos: un sistema solar donde los planetas son estrellas) y es cierto
también que Alcyone tiene un sistema de añillos (reconozco que pensar que tal sistema de anillos
puede afectarnos a la distancia que está esa estrella de nosotros es difícil de creer).
Por lo que a mi respecta podría ampliarse este trabajo revisando la teoría del sol central de von
Mädler e imitando la comparación de Haley con los conocimientos actuales unida a cálculos de
determinación orbital para establecer si efectivamente las estrellas consideradas forman un sistema
estelar con Alcyone. Sin embargo todo esto es un excesivo lujo intelectual para mi pobre cerebro y
prefiero dejarlo en manos de otros animales intelectuales de tipo 3 o mentalidad pre-esotérica que
todavía anden considerando si fiarse o no de la enseñanza de Samael Aun Weor (si de algo les sirve
mi opinión pueden creerle: por más que hago por cuestionarle siempre encuentro indicios sólidos de
que es cierto lo que dice).
Bueno, no descarte el lector posteriores revisiones de este texto, tal vez las acometa si algún día
tienen a bien los dioses dotarme de mejores resplandores (Amén), después de todo ¿podemos estar
en un sistema estelar cuyo centro es tan lejano? ¿y que ocurre con las estrellas cercanas a nosotros,
también pertenecen a este sistema? ¿qué fue de los planetas que un día creyó la astronomía que
había en torno a la estrella de Barnard? ¿No dijo Samael que uno de esos planetas era Hercólubus?
(Barnard 1 si no mal recuerdo) ¿y ahora qué se hizo de él? Como ven hay más preguntas en el cielo
que ganas de buscar sus respuestas aquí en la tierra…
Es todo, dudas y quejas a: franciscocaparrospujalte@gmail.com
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